Desde hace unos años venimos evolucionando rápidamente hacia una nueva sociedad, una sociedad digitalmente en constante interactividad, casi totalmente conectada a Internet, en el cual las TIC tienen un papel predominante.
Distintas formas de comunicarnos a través de formatos multimedia con hipertextos que nos llevan a cada lector en distintas o similares lecturas dependiendo de las elecciones realizadas, además de que hoy “un libro puede ser también un e-book, un audiolibro, un videojuego, una película, un video de YouTube, un blog de autores, una comunidad de lectores en Facebook… una experiencia” (Igarza, 2009). Para mencionar una experiencia significativa que tuve es la lectura colectiva y virtual de libros que realicé en el año 2019 a través del grupo de Facebook “Homero2019 Lectura Colectiva” en la siguiente dirección: https://www.facebook.com/groups/262988327719784. La lectura colectiva incluía dos obras literarias de la talla de “La illiada” y “La Odisea” haciendo una experiencia particular y novedosa que también incluía comentarios en la red social de Twitter a través del Hashtag #Homero2019.
La informática avanzando a pasos agigantados, siendo difícil seguirla con las múltiples competencias digitales que debemos aprender día a día. Los smartphones, las netbooks, las tablets que nos invitan permanentemente a un ocio donde los videojuegos o las redes sociales consumen mucho tiempo convirtiéndonos en adictos y adictas a los “Me Gusta” o similares, pareciera que si no estamos conectados nuestra existencia no es útil.
Dentro de este esquema vemos una lucha en el esquema capitalista del siglo XXI entre los tiempos de producción y los tiempos de ocio, que cada vez más invaden los espacios de trabajo, el ocio se ha vuelto intersticial (Igarza, 2009).
¿La cibercultura está formando individuos que Piensan distinto? O sólo nos está mostrando el carácter narcisisista que todos tenemos y tal vez nos enseñaron a evitar a los que nacimos en otro contexto social en el cual las pantallas eran muy limitadas.
Estos cambios alteran toda la vida social, desde el espacio que deja de ser privado o íntimo hasta los públicos como el trabajo y la escuela. Como dice Igarza (2019) todos navegamos dentro de esta nueva esfera semipública, en la cual no tenemos claro que es público o que es privado y no sabemos adonde llegarán los cambios que no se detienen y aparentemente recién está iniciando.
Bibliografía:
Igarza Roberto (2009). Burbujas de ocio: nuevas formas de consumo cultural. 1ra ed. Buenos Aires. La Crujía.
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