A continuación voy a
realizar una reflexión acerca de la tesis del filósofo e historiador Michel Serres quien reconoce tres grandes
revoluciones a lo largo de la historia que ha experimentado la humanidad en lo
que hace a la transmisión y la conservación del conocimiento.
Sobre la misma
concuerdo en gran medida con el hecho de que estas revoluciones que tienen que
ver con la externalización de las funciones humanas tienen directa relación con
las crisis que se dieron en diversos aspectos de la sociedad.
Imagén: Pixabay.com
Lo relaciono con el
quehacer docente en cuanto a que hoy un profesor o una profesora tienen que
estar preparados para encontrarse con la incertidumbre diaria de los
acontecimientos futuros en las diversas clases que dicte. Esa incertidumbre tiene relación con los
contenidos que se manejen en la cátedra, por ejemplo tomado dos docentes separados por sólo 60 años. Un docente
de nivel inicial en la década del 60 en el siglo XX para introducir el concepto
de barco en alguna ciudad mediterránea debía realizar un dibujo en el pizarrón
y contar las posibles acciones que se pueden realizar con un barco, pero llevando
al siglo XXI a este año, el docente ya sabe de antemano que los niños y niñas
del nivel inicial probablemente ya tengan en sus cabezas la imagen, conozcan
que se puede realizar con un barco, porque seguramente lo conoce a través de la
televisión o una computadora.
Eso se va complejizando
a medida que avanzan en la escolaridad y llega a un nivel en el que muchas
veces en algunas áreas el conocimiento que alguna vez sólo lo tenía el docente
hoy debe ser introducido, modificado y producido entre todos los miembros de la
clase con el profesor o profesora incluido en la producción de este
conocimiento.
Si los estudiantes
conocen de antemano el programa de una cátedra hoy podrían ir construyendo su
conocimiento sobre la misma de antemano al dictado de la clase por el profesor,
eso teniendo en consideración de que sean estudiantes con acceso irrestricto a
las nuevas tecnologías, el tema de brecha digital no está en discusión en esta
reflexión. Esa es la incertidumbre a la cual los profesores y profesoras en la
actualidad deben enfrentarse diariamente y tiene directa relación con las
diversas crisis que tuvo la humanidad cuando se externalizaron las funciones
humanas de almacenar, procesar, recibir y emitir información, hoy con la
revolución informática o de las Nuevas Tecnologías, crisis que en este caso es
educativa y pedagógica.
Hoy desconocemos a que
nueva relaciones está llevando esta nueva revolución de la información, lo
único que nos queda como docentes es intentar sobrellevarla de la mejor manera,
intentando adaptarnos a los distintos inconvenientes y escollos que van
apareciendo y a la vez aprendiendo y utilizando de forma positiva las
tecnologías para mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
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